domingo, 22 de septiembre de 2013

Como apoyar tus manos manchadas sobre un cuerpo desnudo y sentir, perversamente, que ahora te pertenece. Es tuyo y lleva tu marca, como todas tus cosas, tuyo para usarlo a placer.

Como notar cercano el roce de una piel caliente, en un lugar indeterminado.  El pelo como una cortina entreverando destellos en la penumbra.

Como recorrer hambriento un desierto de dunas hirvientes, coronando su cima con la lengua fuera y un suspiro en la lejanía que hiere el cielo con su dureza.

Como dejarse resbalar, cegado, por valles y hondonadas hasta un oasis donde saciar la sed a bocanadas, casi perdiendo el aliento en la búsqueda.

Como sentir el peso del universo a horcajadas sobre unos labios que anhelan respuestas en el silencio. Una respiración entrecortada, demasiado cerca. Un pecho acompasado, demasiado lejos.

Como abrazar el instante y sentir que se escurre entre los dedos, dando paso al siguiente en una suave cadencia, en un ritmo hipnótico. Un péndulo suspendido en el abismo y el dolor de unas uñas lacerando en su vaivén.

Como el fluir del deseo a la lujuria en pugnas ansiosas, animales. El grito de la sangre vaciando las sienes, palpitando impulsada por un saber que nada sabe sino vivir o morir contigo.

Como arrancar a bocados el cáncer.

Como saciar un vórtice.

Como beberse los mares, ahogarse en lava candente.

Como amanecer por vez primera.

Como no necesitar nada, nunca más...

Como despertar en una cama fría y húmeda. Solitaria. Tantear tu rostro frente al espejo y escrutar en tu pecho las marcas sinuosas que la sábana mal doblada dejó, casi como arañazos.

Como traspasar el umbral de la habitación que anuncia rutina y cumplir con el ritual, sólo para ver la mancha en el final de la taza que no recuerdas acabar de beber.

Como comprender, al abalanzarte sobre una hoja esclarecido, que no te pertenece, ni nunca lo hará. Pero esta noche volverá a dejarse atrapar unos instantes, casi como si fuese un juego. Un juego cuyas reglas nadie conoce, pero todos practican. El juego más viejo del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario